Las miserias de los poderosos usureros

Esteban Rivera

Ya estoy cargado y contento, satisfecho de mi trabajo, la semana ha ido bien, me dirijo a casa a pasar el finde tranquilo con la familia. Paso por tu puerta, veo tus últimas adquisiciones que expones para regodearte y presumir, cuando todo el mundo sabe que en el mismo número de ellas irán los explotados que las conducirán. Te imagino detrás de esas cristaleras negras de tu oficina contemplando tu «imperio» de adquisiciones por delante, miseria y explotación por detrás. Solo hay que ver el campo de refugiados que tienes en el aparcamiento paseandose en calzoncillos, tendiendo la ropa y guisando en esas casetas en las que les haces mal vivir.
Ya te vimos en las fotos, entregándote las nuevas unidades junto al comercial sacando pecho con su traje barato y zapatos gastados, aparentando una presencia y profesionalidad de la que carece pero posando orgulloso para fotografiarse contigo ya que eres tú el que le da la comisión y esta dispuesto hasta a ponerse de rodillas y tragar lo que haga falta, ya ganará lo que deja de ganar contigo, con alguno de pequeños empresarios o autónomos que se ven negros para renovar material, ya que tú estas destruyendo el mercado tirando los precios, contratando trabajadores del este pagándoles sueldos de miseria, matriculando tractoras en países tercermundistas y evadiendo impuestos donde puedes.

Cuando aparque la burra preparadica para otra semana de honrado trabajo, me tomaré un café con algún amigo echaremos una charradica, me iré a casa a cenar con la parienta y luego dormiré tranquilo. Tú, por el contrario, te tomarás el café con alguien que no sabes si será tu amigo, sera seguramente algún interesado, alguien que trabaja para ti y no te traga, alguno que tiene alguien trabajando para ti o alguien que quiere venderte algo, «por el interés te quiero Andrés», luego te irás a casa y cenarás con el dinero del sudor de otros, con lo que cada mes les robas dejándole de pagar complementos y dietas y lo que defraudas a todos los ciudadanos con tus chanchullos. Supongo que te costará conciliar el sueño, no por los remordimientos de la precariedad de las familias que dependen de tu ansia de poder, tu avaricia o tu desfachatez, será por que estarás dándole vueltas a la cabeza pensando en nuevas formas de joder al prójimo o cómo adquirir una notoriedad que no te pertenece y no mereces.

Bueno me voy a dar una ducha para quitarme el sudor, ese sudor que mantiene a mi familia, tú, mejor llévate a la ducha amoníaco y un estropajo duro para quitarte toda la mierda que llevas encima..

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