El Actros se convirtió en una pasarela

¿Un camión en medio de un desfile de moda? Todo el mundo diría que no al instante. Que si eso es imposible, que si no es glamouroso, que si menuda barbaridad… Nosotros no entendemos de límites, nos gusta romperlos. Nuestro camión tenía que estar con quienes están creando otro concepto de moda, es más, tenía que convertirse en la propia pasarela.

Nos gustan los retos. Sabemos que nuestro Actros 1863 no entra en una talla XS, pero sí que es tan disruptivo como los diseños de María Ke Fisherman. Así que allí estuvimos, convertidos en el escenario de uno de los talentos más prometedores de la moda española. Ella ponía la creatividad, nosotros los caballos.

Esta obra no se mira desde la valla, se vive desde dentro.

¿El primer desfile de moda de la historia con un camión?

Este despliegue de arte tenía que realizarse en un lugar rompedor y el espacio Caleido, más conocido como la quinta torre de Madrid, era el escenario perfecto para uno de los desfiles estrella de la Mercedes-Benz Fashion Week. En mitad de una obra, entre camiones, andamios, grúas y vigas desfilaron las nuevas creaciones de María Lemus y Víctor Alonso. Ante el asombro de los asistentes, el Actros presidía la sala, convirtiéndose así en la mejor pasarela.

No estábamos en un salón del Palacio de Versalles, tampoco en un almacén abandonado en Berlín, ni en un ático de lujo en Nueva York. Estábamos viviendo el arte en estado puro, con un escenario crudo, desnudo y auténtico. ¿Quién se metería a una obra a ver nuevas tendencias con 21 centímetros de tacón de aguja? Nosotros no. El dress code pedía zapatillas cómodas, los tacones para mañana.

La pregunta que todos nos hacíamos estaba inacabada

Cuando se encendieron las luces, el rojo de la bestia que presidía la sala dejó sin palabras al público que esperaba ansioso que comenzase el espectáculo. Prendas futuristas con inspiración en los años 60, una estética festivalera inspirada en festivales como Woodstock que encajaba a la perfección con el entorno.

La colección para primavera-verano 2019 de María Ke Fisherman no dejó indiferente a nadie: prendas de crochet características de la marca, colores flúor, cortes atrevidos, superposiciones y prendas a medio construir nos hicieron vivir un auténtico viaje sobre la pasarela.

Había una pregunta que se repitió toda la noche: ¿Fuimos parte del primer desfile de moda de la historia con un camión convertido en pasarela? Probablemente.

Vivimos una noche en la que la moda reflejó lo que es en su esencia: un mundo inacabado. Cuando algo triunfa, ya hay algo que lo destronará para crecer de nuevo desde ese origen reinventado. Los diseños de María Ke Fisherman no se terminan con un último pespunte de blusa impoluta para la oficina. Son diseños que piden una atmósfera donde esté todo por construir, por imaginar una nueva ciudad. La obra es su mundo, entre camiones y vigas.

Fuente: RoadStar

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